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La convergencia de Blockchain y el Internet de las Cosas IoT

Durante los últimos 20 años el término «Transformación digital» ha visto la luz, pero de una forma muy ambigua. Un nuevo mundo paralelo digital ha sido creado, cada vez con más similitudes con el mundo físico, llegando incluso a configurarse como una realidad ya establecida, y para quedarse, en el mercado.

El «Internet de las cosas» (IoT) nace para solventar la necesidad de proveernos de la posibilidad de reconocer y de localizar objetos reales a través de cámaras, micrófonos o dispositivos localizadores, así como una amplísima gama de sensores, capaces de representar los atributos y sentidos de ese mundo digital.

Aplicación real

Dos ejemplos directos que pueden ayudar a ejemplificar la relevancia y adecuación de la Cadena de Bloques en procesos de tokenización pueden ser la extracción de oro o la producción de diamantes, sectores en los que no solo se aplica esta tecnología para su representación analógica sino para supuestos de trazabilidad.
Para ilustrar incluso más en detalle la importancia de la Blockchain para el IoT, algunos casos de uso real en situaciones con una problemática muy concreta:

1. Cadena de suministro
  • Una de las características más importantes en ese proceso es la cantidad de posibilidades que la simbiosis entre Blockchain y el IoT ofrecen para supervisar el estado de objetos concretos, monitorizar sus condiciones o garantizar el origen de estos. Los token van a poder ser usados como medio de pago o como representación física de un bien. En la cadena de suministro cada punto de transferencia determina es estado de los dispositivos IoT y los graba en la Blockchain. Así es como se construye la confianza.
2. Venta de datos
  • Esos dispositivos IoT van a recoger largas cantidades de datos, que podrían ser ofrecidos públicamente para la venta. Esta relación podría por ejemplo ser controlada por un Contrato Electrónico Inteligente (Smart Contract) para controlar la relación contractual entre el proveedor de datos y el receptor. De alguna manera, podríamos entender que esos sensores IoT jugarían un papel de «actores en el mercado.
3. Economía compartida
  • A través de la tokenización de activos, la posibilidad de compartir bienes se facilita enormemente. A través de un Smart Contract podemos automatizar la economía compartida detectando por ejemplo la información enviada por esos sensores IoT, pudiendo modificar negocios como Uber, AirBnB o similares en donde un hecho, generalmente disparado automáticamente, seremos capaces de programar resultados.
4. Identidad
  • Es uno de los puntos más demandados y con mejores vistas al futuro. Los sensores IoT pueden utilizar infinidad de mecanismos de autenticación biométrica, facial, PKI, localizadores GPS… Todo ello grabado en nuestro registro inmutable ayudaría a construir y mejorar la confianza como prequisito para cualquier operación.
  • Como conclusión, es un hecho innegable que el uso e implementación de nuevas herramientas como Blockchain, IA e IoT estan a su vez creando nuevas opciones que no contemplábamos hasta ahora: Un contrato inteligente que a través de sensores capaces de captar estímulos del mundo analógico, que además utiliza la Inteligencia Artificial y graba la información en un registro inalterable, público y estable, podría entenderse como una de las herramientas que deberíamos empezar a tener en cuenta si realmente queremos realizar la tan mencionada Transformación Digital. Como suele decirse popularmente: “La pelota está en nuestro campo”.