WhatsApp, Instagram y YouTube son las aplicaciones más utilizadas por los niños y los adolescentes
En la sociedad actual, la mayoría de los padres procura acceso regular a internet a sus hijos menores de edad. De hecho, la imagen de niños desde muy corta edad junto a un smartphone se ha convertido en una escena muy habitual entre las familias de todo el mundo. Tanto es así que el 46% de los niños de entre 9 y 11 años poseen un dispositivo móvil, según datos de la organización Net Children Go Mobile.
Los más pequeños de la casa son unos auténticos nativos digitales. Su predisposición a la tecnología provoca que sepan utilizar los medios con conexión a internet mucho mejor que los adultos. Pero, ¿es seguro dejar a los niños y a los adolescentes navegar por la web? ¿Qué datos se pueden quedar de ellos en la red? ¿Y cómo pueden perjudicarlos?
Un historial online que puede ser visto por otras personas y almacenado en una base de datos
El proceso de autenticación de FIDO2 es, en determinados aspectos, parecido al sistema de mensajes cifrados extremo a extremo. Mas allá de ser un sistema de acceso sencillo, también es más seguro, ya que hackear una huella digital es difícil.
Cada vez que un usuario realiza alguna acción por internet deja un rastro, conocido como “huella digital”. Las fotografías o vídeos subidos a redes sociales, los comentarios o likes en publicaciones y el uso de mensajería instantánea son algunos de los ejemplos de indicios que adultos y, por supuesto, adolescente y niños dejan en la red.
El historial online de los usuarios también permanece en las aplicaciones más empleadas por los menores: WhatsApp, Instagram y YouTube. Sin embargo, las apps no son el único medio por el que conseguir datos de los consumidores de internet. Por ejemplo, las fotografías y los vídeos contienen metadatos que proporcionan más información como a qué hora se tomó la imagen, dónde o con qué dispositivo.
Asimismo, las terminales y servicios informáticos reducen la capacidad de las personas de conectarse de forma anónima. Los teléfonos móviles, en concreto, tienen servicios de localización habilitados y permiten que los usuarios sean geolocalizadas al momento.
La crisis de reputación es la desventaja relacionada con la “huella digital” que más puede repercutir de forma negativa en los menores
Todos los contenidos que los menores publican en internet pueden provocar involuntariamente una crisis de reputación. Por ello, emplear determinados hábitos pueden ser beneficiosos para cuidar su “huella digital”. Estos consejos básicos pasan por crear contraseñas robustas, leer las políticas de privacidad antes de aceptarlas, cambiar las configuraciones por defecto de las apps o emplear diferentes correos electrónicos para temas profesionales o personales, entre otros.
Pese a todos los inconvenientes que conlleva el uso de internet, también existen ventajas. Gran parte de los académicos e investigadores consideran que las pantallas (móviles, tabletas, ordenadores…) no son solo dispositivos a los que pequeños están enganchados. Para los expertos, las nuevas tecnologías pueden llegar a ser una herramienta de aprendizaje útil que desarrolle adecuadamente las habilidades de los niños y adolescentes.